Viajar por Europa es una experiencia increíble: culturas diferentes, paisajes de postal, ciudades con siglos de historia, buena comida y, además, todo bastante bien conectado. Es un continente que te permite moverte con facilidad y vivir experiencias muy distintas en cuestión de días. Desde un café en una plaza de Lisboa hasta una ruta por los Alpes suizos.
Pero, aunque parezca que está todo a mano y bajo control, hay algunos aspectos que es importante preparar con antelación si quieres que tu viaje vaya sobre ruedas. Documentación, moneda, salud, transporte… Aquí te dejamos una guía práctica con recomendaciones para viajar por Europa, con consejos útiles para evitar imprevistos y disfrutar al máximo.
1. Comprueba la documentación necesaria (sí, incluso dentro de la UE)
Si tienes nacionalidad española y viajas por la Unión Europea o países del espacio Schengen, basta con el DNI en vigor. Para el resto de los países (Reino Unido, Turquía, Albania…), es imprescindible el pasaporte. En algunos casos también podrías necesitar visado, aunque sea por corta estancia, infórmate antes de viajar.
Además, recuerda llevarlo todo digitalizado en tu móvil y en la nube (por si pierdes el original) y verificar que tu pasaporte no caduca en los próximos seis meses si viajas fuera del espacio Schengen.
2. Viajar por Europa. Tarjeta Sanitaria Europea: imprescindible, pero no suficiente
Si vas a viajar por países de la UE o del EEE, no te olvides de llevar tu Tarjeta Sanitaria Europea (TSE). Esta tarjeta te permite acceder a la sanidad pública en igualdad de condiciones que los ciudadanos locales, pero ¡ojo!: eso no significa que sea gratis.
Hay países donde la sanidad pública tiene copagos, listas de espera o no cubre ciertos servicios. Y la TSE no cubre atención privada, repatriaciones, robos ni cancelaciones. Por eso, la recomendación es viajar siempre con un seguro médico privado complementario, que te proteja frente a cualquier imprevisto.
3. Complementa la TSE con un buen seguro de viaje (aunque sea Europa)
Aunque estés “cerca”, viajar por Europa no te exime de imprevistos. Y, como decíamos, la Tarjeta Sanitaria Europea no lo cubre todo, y en muchos países solo tendrás acceso limitado a la sanidad. Además, hay muchísimos otros motivos por los que un buen seguro puede salvarte las vacaciones: desde una maleta perdida hasta un vuelo cancelado o una enfermedad inesperada que te obliga a volver antes de tiempo.
En destinos como Suiza, Reino Unido o los países nórdicos, la sanidad es especialmente cara, y sin seguro puedes llevarte un susto importante. También es muy útil si vas a hacer actividades deportivas, alquilar un coche o viajar con niños.
Por todo ello, contar con un buen seguro de viaje internacional, te da la tranquilidad de tener cobertura médica, repatriación, cancelación, pérdida de equipaje y asistencia 24/7. Todo, incluso si estás a solo dos horas de casa.

4. Viajar por Europa: no des por hecho el roaming
Si viajas por la Unión Europea, puedes usar tu móvil como si estuvieras en casa, sin cargos extra por roaming. Pero esto no siempre aplica fuera de la UE: en países como Suiza, Andorra, Turquía o Reino Unido, puede haber costes extra y no lo has tenido en cuenta.
Antes de salir de viaje, consulta con tu operadora si tienes roaming gratuito en tu destino. Otra opción útil es comprar una eSIM para tener datos a buen precio durante tu estancia.
5. Ojo con la moneda: no todo es euro
Aunque la mayoría de países europeos usan el euro, hay excepciones. Si viajas a Reino Unido, Bulgaria, Dinamarca, Noruega o República Checa (entre otros), tendrás que cambiar dinero o pagar con tarjeta (la mayoría acepta sin problema).
Evita cambiar en aeropuertos o estaciones y apuesta por tarjetas sin comisiones en el extranjero. También es recomendable llevar algo de efectivo por si te encuentras con comercios pequeños que no aceptan pago con tarjeta.
6. Infórmate sobre las normas locales
Cada país europeo tiene sus propias normas, costumbres y particularidades. En algunos destinos es obligatorio pagar por circular por autopistas, en otros hay restricciones medioambientales para acceder al centro de las ciudades o, por ejemplo, puedes tener que pagar tasa turística.
También varían los límites de velocidad, las normas de conducción o el tipo de enchufe. Si viajas por varios países, infórmate bien para evitar sorpresas desagradables.
7. Aprovecha el tren (pero resérvalo con antelación)
Europa es el paraíso para los que aman viajar en tren: rutas escénicas, horarios frecuentes y una red ferroviaria que conecta casi todos los rincones del continente. Pero ojo: muchos trenes requieren reserva anticipada, sobre todo los de alta velocidad o internacionales.
Si vas a moverte mucho en tren, valora opciones como el Interrail o los pases regionales. Si prefieres avión, hay aerolíneas low cost muy competitivas, pero ten en cuenta sus condiciones de equipaje y retrasos frecuentes.
Viajar por Europa tiene muchas ventajas: cercanía, facilidad de movimiento, diversidad cultural… pero también sus matices. Para que tu experiencia sea lo más fluida posible, no dejes nada al azar: revisa tus documentos, planifica bien tus trayectos y no confíes solo en la Tarjeta Sanitaria Europea para proteger tu salud.
Un buen seguro de viaje marcará la diferencia si algo se tuerce. Y como dicen… mejor tenerlo y no usarlo, que necesitarlo y no tenerlo.