Con las Fiestas Navideñas ya a la vista, hay quienes no pueden resistirse a hacer una escapada aprovechando fechas tan señaladas. ¿Y qué mejor opción que quedarse en el continente donde más se vive la Navidad?
En Europa, la Navidad está presente vayas donde vayas. Es una tradición. Y Viena es una de las ciudades más populares de Europa cuando se trata de vivir la Navidad. Quizá sea porque cuenta con varios de los mercadillos navideños más emblemáticos del mundo, como ya os contamos. Sin embargo, la capital austriaca tiene mucho más que ofrecer en estas fechas.
Una visita al Palacio Belvedere de Viena

Este palacio, de estilo barroco, se construyó como residencia de verano del Príncipe Eugenio de Saboya, y es una visita indispensable si viajas a Viena en cualquier época del año. Pero con más motivo debes disfrutar de ella en Navidad… de noche. Como lo lees. Esta ilustre construcción queda iluminada por el conocido mercadillo navideño que la ciudad organiza cada año, y tiene una foto espectacular desde el otro lado del lago: desde ese ángulo podrás disfrutar de las vistas del edificio, el mercado y las luces, todo ello reflejado en las aguas del lago.
Sus mercadillos navideños

Los mercadillos navideños de Viena suelen ser la primera visita de muchos viajeros al llegar a la ciudad en esta época del año. Todos ellos llevan abiertos desde mediados de noviembre, por lo tanto, si vas a Viena ya puedes visitarlos. Aprovechando que en el punto anterior visitábamos el Palacio Belvedere, daremos un paseo por uno de los mercadillos de la ciudad: los mercados de Adviento. Aunque no puedes dejar de visitar los mercados del Palacio de Schönbrunn o el mercadillo navideño del Spittelber, el conocido como distrito de los artistas. Estos mercadillos son ideales para comprar un recuerdo a familiares y amigos, degustar la gastronomía de la zona y disfrutar de luces y villancicos que Viena nos ofrece.
Un paseo por las Calles Graben y Kärntner
Pasear por las principales zonas peatonales del centro de Viena en Navidad es toda una experiencia. El turista disfrutará de las luces de Navidad y de los candelabros gigantes que adornan las calles de la capital austriaca. Recomendamos empezar tu recorrido en el edificio de la Ópera Estatal para después bajar por la Calle Kärntner hasta el Palacio Imperial de Hofburg (que, por cierto, el viajero también puede visitar).
Recorriendo el Anillo de Viena y Rathauspark
Otra manera de vivir Viena en Navidad paseando es recorriendo el conocido como Anillo de Viena o Ringstrasse: un amplio bulevar que rodea el casco antiguo y que está rodeado de hoteles de cinco estrellas y tiendas de lujo. Durante el recorrido, el turista encontrará al menos dos mercados navideños y varios parques.
Uno de los mercados navideños situados en el Anillo es el famoso Christkindlmarkt, situado en la plaza del ayuntamiento. Generalmente está muy concurrido, pero lo que realmente merece la pena es el pequeño parque Rathauspark, que ofrece al viajero un agradable paseo nocturno con belenes, árboles iluminados y pistas de patinaje sobre hielo iluminadas.
Disfruta de la Gastronomía de la zona
En Viena, es tradición comer salchichas: de hecho, encontrarás un sinfín de puestos de salchichas vayas en la época que vayas. Y es que pasear por las calles vienesas en esta época del año abre el apetito de cualquiera, y apetece comer una buena Käsekrainer (una salchicha escaldada con sabor ahumada con queso emmental en su interior) mientras continuamos nuestro paseo.
Si el viajero lo prefiere, puede sentarse en cualquiera de los restaurantes de la zona a degustar tranquilamente el famoso escalope vienés o Wiener Schnitzel, uno de los platos más emblemáticos de la cocina austriaca.
Además, al caminar con el frío de las calles de Viena nuestro cuerpo también nos pedirá beber algo caliente. ¿Qué tal disfrutar de un buen Weihnachtspunsch bien humeante? Se trata de un licor tradicional de Austria y Alemania que se toma caliente, y cuya receta varía dependiendo de la zona donde lo estemos tomando. Podrás disfrutar de esta bebida en cualquier mercadillo navideño. Esta bebida caliente se toma en taza: de hecho, cada mercadillo tiene su propia taza, y al comprar la famosa bebida el turista paga un depósito por el recipiente, que puede devolver o quedárselo de recuerdo.
En Viena también encontramos una gran variedad de cafés. ¿Quién rechazaría un buen café caliente acompañado de un trozo de la típica tarta vienesa Sacher? Si te gusta el chocolate, ¡no puedes irte de la ciudad sin probarla!
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