Sri Lanka no es un destino más: es una isla mágica donde la naturaleza, la historia y la espiritualidad se entrelazan a cada paso. Ubicada en el sur de Asia, frente a la costa de la India, esta pequeña isla guarda una gran variedad de paisajes, desde playas paradisíacas hasta selvas tropicales y templos milenarios.
Viajar a Sri Lanka es vivir muchas experiencias en un solo viaje. Puedes ver elefantes en libertad por la mañana, explorar antiguas fortalezas por la tarde y terminar el día con un baño en el Índico. Si estás buscando un destino exótico, auténtico y aún poco masificado, Sri Lanka te va a enamorar. Aquí te contamos qué ver y qué hacer para sacarle el máximo partido a tu viaje. ¡Vamos allá!
Colombo y Negombo: primera toma de contacto con la isla
Tu aventura probablemente comience en Colombo, la capital comercial de Sri Lanka. Aunque no es la ciudad más turística, merece la pena dedicarle unas horas: mercados caóticos, edificios coloniales, templos hindúes y budistas conviven con modernos cafés y rascacielos.
Muy cerca está Negombo, un buen lugar para descansar tras el vuelo, con playas tranquilas, canales coloniales y una importante comunidad católica. Es perfecto para empezar a aclimatarte al ritmo relajado del país.
Viajar a Sri Lanka: Sigiriya y el triángulo cultural
Uno de los imprescindibles al viajar a Sri Lanka es visitar Sigiriya, la impresionante roca del león. Esta antigua fortaleza construida en la cima de una roca volcánica ofrece unas vistas espectaculares tras un ascenso que, aunque cuesta, merece la pena.
La zona forma parte del llamado triángulo cultural, junto con Polonnaruwa y Anuradhapura, dos antiguas capitales del reino esrilanqués con ruinas, estupas gigantes y templos históricos que te harán sentir en un documental de arqueología. Si te interesa la historia, esta parte del país es una joya.
Kandy: espiritualidad entre montañas
Kandy es el corazón espiritual de Sri Lanka. Rodeada de montañas y vegetación, esta ciudad es hogar del Templo del Diente de Buda, uno de los lugares más sagrados del budismo. El ambiente es especialmente mágico al atardecer, cuando los tambores suenan y los devotos llenan el templo con ofrendas.
Además, desde aquí puedes tomar el famoso tren panorámico hasta Ella, una de las rutas en tren más bonitas del mundo. Pasarás por plantaciones de té, puentes coloniales y paisajes verdes infinitos. ¡No olvides la cámara!
Viajar a Sri Lanka: Ella y las Tierras Altas
Ella es un pequeño pueblo en la montaña que se ha convertido en parada obligatoria para mochileros y viajeros tranquilos. Desde aquí puedes hacer rutas de senderismo sencillas pero espectaculares, como la subida a Little Adam’s Peak o el puente de los nueve arcos.
La zona también es famosa por sus plantaciones de té, y puedes visitar fábricas para ver el proceso y, por supuesto, probarlo. Aquí el clima es más fresco y es ideal para descansar unos días rodeado de naturaleza. Eso sí, es buena idea viajar con un seguro que cubra actividades al aire libre, por si surge algún contratiempo.
Parques nacionales y safaris: elefantes, leopardos y mucho más
Sri Lanka es uno de los mejores destinos de Asia para ver fauna salvaje. En el Parque Nacional de Yala, si tienes suerte, podrás ver leopardos. En Minneriya, en cambio, es muy probable que veas manadas de elefantes en libertad, sobre todo si viajas entre junio y octubre.
Hacer un safari en Sri Lanka no tiene nada que envidiar a los de África. Eso sí, recuerda que estas actividades se realizan en zonas remotas, por lo que contar con un buen seguro de viaje puede marcar la diferencia si surge algún problema.
Sur de Sri Lanka: playas, olas y atardeceres
La costa sur es un paraíso para los amantes del mar. Puedes elegir entre pueblos como Mirissa, con ambiente relajado y posibilidad de ver ballenas; Weligama, ideal para surfistas; o Unawatuna, perfecta para relajarte en la playa.
Además, el sur tiene preciosos pueblos coloniales como Galle, con su fuerte holandés, callejuelas con encanto y buenos restaurantes. Es una zona ideal para terminar el viaje con calma y disfrutar de la gastronomía local frente al mar.
Consejos para viajar a Sri Lanka
- Moneda: la rupia esrilanquesa. Lleva algo de efectivo, pero también podrás usar tarjeta en muchas zonas.
- Clima: el clima varía según la zona y la época. Elige bien las fechas si quieres evitar el monzón.
- Religión y cultura: viste de forma respetuosa, sobre todo al visitar templos (ropa que cubra hombros y piernas).
- Vacunas y salud: no hay vacunas obligatorias, pero sí recomendadas. Lleva siempre tu botiquín básico y evita el agua del grifo.
- Conducción: el tráfico es caótico. Lo mejor es moverte en tren, con conductor privado o en transporte local.
Viajar a Sri Lanka es descubrir un destino que lo tiene todo: cultura, naturaleza, gastronomía, playas, espiritualidad y aventura. Todo, en un país pequeño y fácil de recorrer.
Eso sí, como en cualquier destino exótico, es importante ir bien preparado y viajar protegido. Un buen seguro de viaje a Sri Lanka puede ayudarte a evitar preocupaciones si surge algún contratiempo. Así podrás centrarte en lo más importante: disfrutar de cada momento en esta joya del Índico.